Un Dulce Caballito para la Nostalgia -

#TBT Editorial

Leonardo Jesus Muñoz

Dulce de caballito.
En el #TBT de hoy hacemos un viaje por la memoria de la mano del escritor colombiano Leonardo Jesús Muños con quien conversamos en enero del 2020 sobre su libro“dulce de caballito”  y sobre los retos que tuvo a la hora de realizar esta novela.  
 

Leonardo Jesús Muñoz, es un  escritor y cuentista de Magangué, quien a sus 34 años, fue el ganador Barco de Vapor, en la categoría literatura infantil y juvenil, con su libro “dulce de caballito”  una historia contada desde el corazón de un niño, y la nostalgia de la abuela,  y como a través de la gastronomía, en este caso del dulce de caballito, se hace un viaje por la memoria.

Esta es una historia, apta para todo el público, un libro que aunque entra en la categoría literatura infantil y juvenil, hace un viaje por la infancia, la inocencia, y el amor a los abuelos, esta novela es un viaje literario por la costa caribe, por su gastronomía, y por los recuerdos inocentes de un niño, y la memoria de su abuela. La cual a la vez es la historia del amor que sienten los niños por sus abuelos, la memoria y la nostalgia que vive en la comida de la familia. Dulce de caballito es una novela infantil, llena de la inocencia y el amor, que al crecer se pierde, pero se recuerda con nostalgia, como el plato de comida favorito que preparaban cuando se es niño.

 
Por:Carlos Alberto Ramírez.

VAC: Uno de los géneros literarios más complicados de trabajar es el cuento y la novela infantil, debido a la complejidad de contar un poco las simplezas de las historias ¿Cuál el principal reto que se encontró a la hora de realizar este texto?

Leonardo Jesús Muñoz: El principal reto que encontré fue encontrar las palabras justas, las palabras claras,  para mostrar una situación, una imagen, a la hora de escribir una novela. 

VAC:¿Cómo fue este proceso de narrar a través de la memoria, teniendo en cuenta que la novela tiene elementos personales?

Leonardo Jesús Muñoz: Fue volver a pasar por el corazón, enfocarme en los recuerdos de un niño, lo que vivía en tiempo presente. 

VAC: Invita a los lectores ¿por qué leer esta historia?

Leonardo Jesús Muñoz: Además que es un viaje a los recuerdos es tambien una manera de hacer un viaje por todos los platos del caribe, me gustaría mucho que pudieran leerlo, para entender mis palabras cuando digo, que el dulce de caballito al igual que todas las comidas, que a cada quien le guste es volver a pasar por el corazón. 

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VAC: ¿De donde surgió la idea de hacer esta película?

Rubén Mendoza: De una curiosidad inmensa desde niño con las mujeres, desde mis abuelas, dos mujeres muy distintas y a cada una de ellas le he hecho una películas. La tierra en la lengua que no se si ustedes la vieron, mi abuela me prestó su voz, y sus tragedias, y la otra abuela Emperatriz, fue fundamental es del mismo pueblo de donde conocía a señorita María.Pero también, con las niñas, los amores, las amigas, muy devoto desde muy chiquito de saber cómo es esa otra forma de sentir, que también siento en mí, y que todos tenemos. Yo siento una afinidad muy grande y era el dispositivo perfecto una niña que no tuviera una crianza con la confianza de una mujer, pero con la curiosidad, que era mi papel al revés, siendo un hombre pero con la curiosidad femenina muy despierta, que me permitía, explorar esos vínculos y la manera en que hablan solas, y todo esto que descubre la niña errante en el camino, esa fuerza de un país, diseñado lamentablemente por la fuerza bruta, por el patriarcado.

VAC: La película muestra esa fragilidad femenina, que cada una tiene, pero que entre todas se fortalecen, y por esta misma razón se convierte en algo muy intimista con el uso de la piel, de planos muy cerrados ¿Por qué considero necesario el uso de esto?

Rubén Mendoza: Yo creo que la piel tiene todos los sentidos, además porque la piel también es la frontera, de uno como patria, entonces es reconocer la individualidad, por la piel uno no se riega, y además la piel es evocadora de los otros sentidos, primero es rico verla, y cuando está pintada, tatuada o cicatrizada, o con lunares, pues tiene una historia, que también son texturas, eso es otro sentido. Y uno se imagina a que huele la gente según su piel, que es algo visual, y también alborota el gusto. Entonces es un camino para hacer cine, con los cinco sentidos, de una manera no tan obvia.

VAC: Hay unas escenas, que logran ser muy conmovedoras a partir de la música ¿Cómo fue ese proceso de ensamblaje con la música?

Rubén Mendoza: Bueno, pues primero viene de unas chicas genio que hay aquí, que viven en Colombia, yo las conocí, porque a pesar de que la música, fue compuesta por Velandía, ellas fueron las intérpretes de mi documental el valle sin sombras, un documental que hice sobre los indignados de Armero, y pues yo quede maravillado con su trabajo y su disciplina y su rigor, y su rareza, porque son bien raras, y además les hice unos video clips en providencia. Y siempre pensé en la música, como quinta hermana, como la que en realidad acompañaba el estado de ánimo de la niña errante, que ustedes ven que no llora. Yo rechace varias propuestas completas y ellas humildemente iban entendiendo que aquí no solo se trataba de eso, si no que era un ingrediente mucho más grande, que a veces había que sacrificar decisiones musicales, que la obra fuera más entera.

VAC: En ese momento, en que la protagonista pasa por momentos oníricos, que están los sueños y la realidad conflictuada, con su propio personaje ¿De dónde salen esos tránsitos de la memoria?

Rubén Mendoza: Siempre he jugado con eso, y pues yo me elevo muy fácil, tengo una imaginación volátil, y una atención defectuosa, digamos. Y me han impactado mucho las cosas que puede hacer el cerebro, por ejemplo uno sueña que se cae de un segundo piso, y uno se despierta asustado, sin que uno se esté cayendo, en la cama, sin que haya gravedad, ni viento pues. Y me parece que en esos estados de vulnerabilidad como los de esta chiquitina, que está enfrentándose a un nuevo camino, sola, y que por más que la vayan a llevar donde una tía, la van a dejar en un terreno, desconocido, pues es fácil prestarse para eso, estar fantaseando, en vez de preguntarse por el pasado y el futuro. Y el pasado, el presento y el futuro, también se encuentran en los sueños de alguna manera. En esos estados uno no diferencia mucho, es como un trance.

VAC: Normalmente uno desde las películas uno está acostumbrado a ver la gran trama, y el gran punto de giro, y esta película a pesar de que todo el tiempo está pasando algo, de una y otra manera es una historia muy íntima ¿Por qué es importante ver este tipo de películas, llegar a ver narraciones tan personales, a la hora de entrar a una sala de cine?

Rubén Mendoza: No quiero entrar con un cliché, de eso que el tema lo elige a uno, pero hay clichés que son ciertos, yo no digo voy a ser una película intimista, yo pienso un tema y empiezo a trabajar y a escribir, o varios temas, y de repente con uno, empieza la posibilidad de hacerse, uno empieza a profundizar sobre ese tema. Uno es más un medio, uno va recibiendo de la vida, y la naturaleza, los insumos, para darles orden, y para hacer un discurso que indudablemente tienen la letra de uno, y el espíritu de uno, y lo que uno siente por la vida y por la muerte.

VAC: ¿Qué expectativas tiene, frente a esta película después de haber ganado dos premios?

Rubén Mendoza: La expectativa que tenía, era poder hacerla y vivir la hermosura, del rodaje y de las cosas que viví, y con la familia que quede, y con los amigos que hice. Me parece que es oportuno, si yo hubiese grabado esa película después del gobierno Duque, sería otra cosa, es una película que celebra un cambio de poderes, celebrando lo que estaba pasando en la Habana, celebrando los ríos, y ahorita volvió a entrar a reinar la energía machuna, de quienes dirigen los destinos del país, otra vez la tala de árboles, secar un río, es como escupir un gargajo, entonces, me gusta inaugurar, aunque en niveles muy sutiles, tal vez la película si está diciendo todo eso, era una película, que ya estaba hecha en el contexto del postconflicto, que por lo menos celebra él no vamos a matarnos, o no tanto, y la bala volvió. La película habla de reconciliación y del duelo.